Donde el recuedo se esconde Y nada guarda con fe,
Mas que esa sensación En mis labios por probarte otra vez.
El sol te niega
Mientras la luna grita
Aquel cansancio entre
Mi piel y tu tacto.
Doblega esa cobardía
Para seguirme amando
Como en esas noches de verano.
Domina el fulgor que
Sienten mis manos
Por tenerte de frente
Y no solo tenerte en mi mente.
Y cuando nada quede
De ese susurró intenso
Cargado de nostalgia viva.
Tendre el valor de decirte
Que no temas al día siguiente,
Cuando te diga Adiós.
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